Al final vienen.
Engañan, prometen,
regalan, te matan, se van.
Un caballo de crines
con espuma de plata
y la voz de verdugo
en corderos de lana.
Y los atardeceres verdes
de primaveras dulces,
Y el deseo de hoy
Y versos de asedio mañana
En blanco y negro
de noche
silbando silencios
vienen
con la muerte y la tormenta
al final.
Y la ciudad es suya
y de sus presas.
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