sábado, 21 de febrero de 2009

Corriendo por la selva (Run through the jungle)

Bueno, supongo que soy
una gacela que en el fondo espera,
corriendo a los cuatro vientos,
que venga un fuerte león
para devorar mi alma amarga
y convertirla en señorío, en
solera.



Tú eres una fiera desfallecida,
he decidido decelerar mi carrera,
te veo llegar, ojos de fuego,
piel de cera,
te veo llegar y te espero,
tan fuertes son tus dientes en mi carne
clavados con el amor roto
de la furia y la marea.


Supongo que soy
una gacela,
corro con miedo
y de reojo
aguardo tu llegada salvaje,
tierno despojo sin voluntad,
dulce rugido desprendido del interior de la tierra.



Nos revolcamos ante
los rostros acristalados
de la selva.


Andando

Ahora resulta, en efecto,
que puedo quedarme un rato,
cuando las calles te llevan,
viendo tu cuerpo hacerse pequeño,
pequeñito, entre las gentes que
pasan de largo, en la vida,
en los años,
se juntan con tu imagen,



alejándote, en efecto,
de mi mano de estaño.
Resulta, sí, que entre
otros dioses, otros santos,
podría permanecer soñando,
el viento y los coches se van
con su ritmo arbitrario
marcando tu mano que aún se aferra
sobre mi mano,
labio contra labio,
en efecto,


me quedo un rato,

te deseo,
luego, yo también sigo andando.


Conversación

Quisiera hablar contigo
largo y tendido.

Largo como la noche
¿te acuerdas?
aquella en que nos conocimos.

Tendido, nuestro lecho se expande
como las páginas de un libro,
hablar, paladear las palabras
volteando delicadamente su sentido.

Quisiera, el deseo es una fragua
que arroja calor, el sudor dibuja tu cuerpo
versificado, que
se encabalga con la metáfora pronunciada,
canción golosa derramada,
ritmo parejo de dos voces,
gesto que dice, si calla,
verbal espejo pronunciado
con el susurro arrojado al mar
despertando el oleaje dormido.

Largo.

Tendido.

Quisiera hablar contigo.


Finis Terrae

 En el final del mundo no hay ventanas os pensáis que se ve bonito y solo se ven heridas, lágrimas un dolor que tapa la ropa que no se dice ...