Una gotita de aceite sobre
un mar de domingos
la luna llena
ai, la luna lunera
con sus piececillos de princesa
calzados de plata
daba pasitos cortos por la
intima
oscuridad de los pasillos
y tú y yo
que nos lo deciamos todo
sin decirnos casi nada
arropábamos silencios
de esos que sirven para
sonreirse por las mañanas
y tú y yo
que somos yo y tú
con los astros a la espalda
y abrazos en las ventanas
digo
tú o yo
o nosotros
o como nos dé la gana
enfrentamos el porvenir
con un cosmos de anhelos,
un sol al viento
y nuestra vieja cama.