Un viaje en metro
es un saludo incierto
al reino siniestro
de los niños hechos noche,
de los silencios sin partitura
de los verbos desconjugados
que no concuerdan en género
con la especie de los hombres.
es un saludo incierto
al reino siniestro
de los niños hechos noche,
de los silencios sin partitura
de los verbos desconjugados
que no concuerdan en género
con la especie de los hombres.
El panorama descompuesto
dicta miradas enjauladas
en la ausencia de opiniones,
distante impertinencia que
se oculta en los tenebrosos trechos
del túnel
amparada por el enrejado diverso
de la incomodidad de los suaves roces,
revestido de violenta metáfora
que engatusa la concordia
con calor de respuesta líquida
desde esa inercia que desata
la palabra que cae del vaso
y se rompe en mil pedazos
sobre la tierra.
dicta miradas enjauladas
en la ausencia de opiniones,
distante impertinencia que
se oculta en los tenebrosos trechos
del túnel
amparada por el enrejado diverso
de la incomodidad de los suaves roces,
revestido de violenta metáfora
que engatusa la concordia
con calor de respuesta líquida
desde esa inercia que desata
la palabra que cae del vaso
y se rompe en mil pedazos
sobre la tierra.
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