miércoles, 27 de agosto de 2008

Abuela

Alba primera


De casa de cuento.


Niña enracimada


Entre juegos y enredos.


Dulce mirada


De orgullo y de silencio,


Ni dios te ha hecho nada


Ni pueden faltar


tu aliento de amores


y la vigilia de nuestros secretos.


 


Entre ladridos de doctores


Quisieran encerrarte el tiempo.


Tú te meces al viento,


Y se funden los metales


Al romper de los alimentos


Cuando tu horno calienta


Los pilares de dulce mirto


Que plantaste acompasados


Entre susurros y besos


En lo más profundo de


Ese huerto tuyo


Que es mi pecho.



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