miércoles, 11 de junio de 2008

Bukowski - Pez de color

mi pez de color se queda fijo mirando con ojos acuosos


al hemisferio de mi pena;


sobre el más fino de los hilos


los dos colgamos,


colgados, colgados, colgados


en el lazo de la soga del verdugo;


yo me quedo fijo mirando su casa


y él la mía...


debe de tener pensamientos,


¿podéis negar esto?


tiene ojos y hambre


y su amor también


murió en enero; pero él es


de oro, de auténtico oro y o soy gris


 y es indecente invadir su intimidad


tan indecente como quemar melocotones


o violar niños,


y me vuelo y miro a otro lado,


pero sé que él está ahí detrás de mí,


un dorado cáliz de sangre,


una cosa sola


suspendida entre la más roja nube


del purgatorio


y al apt. no. 3003


 


dios, ¿es posible


que seamos lo mismo?



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