El clamor del agua
prohibia cualquier palabra.
Las paredes sudaban,
exhumando licor de vida.
Posabas al sol,
la consciencia
arrastrada por la corriente.
Abajo, las rocas sufrian
la deformada erosión
con que tu cuerpo ondulaba
doblegado ante el sabor
de aquellas frutas de la pasion.
prohibia cualquier palabra.
Las paredes sudaban,
exhumando licor de vida.
Posabas al sol,
la consciencia
arrastrada por la corriente.
Abajo, las rocas sufrian
la deformada erosión
con que tu cuerpo ondulaba
doblegado ante el sabor
de aquellas frutas de la pasion.
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