miércoles, 16 de abril de 2008

Campbell dice... - Maldad

Hay muchas razones para pelear; pero no existe ninguna para odiar sin restricciones,
para imaginar que Dios Todopoderoso también odia como nosotros...

¿Dónde está el mal? El mal es esa enorme porción de cada ser humano
que quiere odiar sin límites, que quiere odiar con Dios de su lado...

Es esa porción de cada hombre que encuentra tanto atractivo
en toda clase de mostruosidades.

Es esa porción del imbecil que castiga y envilece y hace la guerra con alegría.





Kurt Vonnegut, Madre Noche, Círculo de Lectores (1988), 216.


Com un gos

Estic més emprenyat
que un gos davant la sorra.

Per no saber qué son
els nubols de roca,
que plouen en forma de mandra
tornat el món blau
en sorolls de cendra
amagats darrera les ombres.

Disfraz

Vino la noche
y fue entonces que vi.

La luz había ocultado
mis secretos de cordero
entre manadas de caballos.
El disfraz de hombre de bien
cayo al lado de mi sombra:
queda a la vista el lacayo
que esgrime carnet de rebelde
acallado por las olas.

La piedra es la verdad.
Se erosiona, se erosiona
el mar,
intentando cambiar las cosas.

Kurt dice ... - Moraleja

Éste es el único de mis relatos cuya moraleja conozco. No creo que sea una moraleja extraordinaria.
Sólo que en esta ocasión sé cual es:
somos lo que aparentamos ser, así que debemos tener cuidado con lo que aparentamos ser.

(...)

Pero hay otra clara moraleja, ahora que lo pienso: cuando uno está muerto, está muerto.

Y todavía se me ocurre una tercera moraleja: hagan el amor cuando puedan. Les sentará muy bien.



Kurt Vonnegut, Madre Noche, Círculo de Lectores (1988), 17-19.

lunes, 14 de abril de 2008

Miguel Hernández - besarse

Besarse, mujer,
al sol, es besarnos
en toda la vida.
Asciende los labios,
eléctricamente
vibrantes de rayos,
con todo el furor
de un sol entre cuatro.


Besarse a la luna,
mujer, es besarnos
en toda la muerte:
descienden los labios,
con toda la luna
pidiendo su ocaso,
del labio de arriba,
del labio de abajo,
gastada y helada
y en cuatro pedazos

Angel Gonzalez - Para que yo me llame Angel Gonzalez

Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...

jueves, 10 de abril de 2008

Ganyota

Em poso les botes
de pell de ganyota
i et dic que no, que no,
que no vull res

quan se que es mentira,
que et vull tota.

Finis Terrae

 En el final del mundo no hay ventanas os pensáis que se ve bonito y solo se ven heridas, lágrimas un dolor que tapa la ropa que no se dice ...