Llegas
sin avisar
casi
dudando entrar
y
juegas a no mostrar
tus
flores de primavera
¡qué
delicados pétalos
de
color violeta!
Te
abres al temor
del
deseo y del amor
mirando
corazón
de ardor
sediento
de selva
imaginando
senderos
donde
perder memorias y conservas
en
un rincón
las
piezas de un juego,
una
prueba para la pasión,
en
los veranos de tormentas
cálida
y tiernas.
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