sábado, 6 de diciembre de 2008

Ombligo

De tu ombligo
a mi cuerpo
nos une el abrazo.

De tu vientre
a mi pecho
sólo un suspiro,
ese gemido blanco

que nos encadena
como dos azucenas
con el mismo tallo.


De tu simiente
profunda en el albor
de todos los ocasos
germina un suave rumor.


Son nuestros labios, amor,
al tejerse con los astros.



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