Estrellas que refulgen
después de ser miradas
después de ser miradas
Diademas que brillais, ya remotas,
con el compás truncado
de la vida.
Fuera de casa para siempre.
con el compás truncado
de la vida.
Fuera de casa para siempre.
El grillo canta al borde de la noche,
el mar en ruego.
el mar en ruego.
Extraido de J. C. Cataño, Lugares que fueron tu rostro, ed. Brugera, Barcelona (2008), 64.
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