La pregunta que me atormentaba a los seis años,
“¿por qué soy yo y no cualquier otro u otra?”
sigue sin respuesta
muchos años después.
Sólo que en ese tiempo
a menudo he sido otro
otra
sin necesidad de ir a Casablanca
a cambiar de sexo
ni a una clínica de cirugía estética
a cambiar de aspecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario