Un lecho de lirios espera
las molduras amalgamadas
de nuestros cuerpos.
La luna, incrustada en la ventana,
cede un marco, sin palabras.
El susurro de unos versos
crea tempestades,
en las marismas anegadas.
La plasticidad en el retrato
es la convicción de un trazo.
Tu piel de plata brilla,
solemne, entre mis labios.
¡Acaricia mis ojos, risa fresca,
con la lluvia de mil años!
las molduras amalgamadas
de nuestros cuerpos.
La luna, incrustada en la ventana,
cede un marco, sin palabras.
El susurro de unos versos
crea tempestades,
en las marismas anegadas.
La plasticidad en el retrato
es la convicción de un trazo.
Tu piel de plata brilla,
solemne, entre mis labios.
¡Acaricia mis ojos, risa fresca,
con la lluvia de mil años!
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