A mí no me ha gustado nunca Dios.
¿Cuándo os vais a dar cuenta de que no existe?
Son los hombres los que te tienen que amparar.
Aunque debía haber Dios, aunque fuera pequeñito,
para que mandara rayos contra los hombres de simiente podrida
que encharcan la alegría de los campos.
F. García Lorca, Yerma.
¿Cuándo os vais a dar cuenta de que no existe?
Son los hombres los que te tienen que amparar.
Aunque debía haber Dios, aunque fuera pequeñito,
para que mandara rayos contra los hombres de simiente podrida
que encharcan la alegría de los campos.
F. García Lorca, Yerma.
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