miércoles, 26 de marzo de 2008

Adios índico.

Con el Índico en la mano
veo cómo el tiempo se
escurre
de entre los brazos.

Mis pies no ollarán nunca
esta isla
más allá del día de hoy.
Tal vez no vuelva el oleaje
a rugir el instante
presente.
Doy por sentado
que el día se apaga
en su rumor.

Una mosca se posa a mi lado.
Quizás me dice adiós.
Al fin y al cabo,
como en cualquier parte,
el que se va
soy yo.

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