Se me despierta el cuerpo
con unos pequeñísimos pétalos
brotándo bajo esa piel
Esa piel tan fina
como la distancia entre los nudos de
los árboles y los muertos.
Esa noche que no llega veremos
de dejar de hablar de nada para no
hablarnos de todo. Silencio que
no es silencio.
Silencio de fruta creciendo.
Silencio de hormiguillas
laboriosas trabajando a destajo
por un mísero trozo de pan.
El triste cemento sucio que todo lo tapa y lo aplana.
Quisiera que me dejasen ser montaña.
Cipreses que se amontonan, resina seca,
rumor de amar.
He vuelto a las andadas.
Y sigo pensando en no pensar.
Nos quedan tantas lunas llenas,
y la luna que esta vez no llega,
y los rizos que sólo quieren llegar.
Here is looking at you, Kid