viernes, 12 de septiembre de 2008

La Recomendaicon del Chef...

Hoy, Dinero, de Miguel Brieva.


Ha nacido un genio.

Brieva es una de esas extrañas personalidades
que parecen relegadas plenamente, o casi,
al extraño e indómito mundo del comic.
Nadie que se proclame a sí mismo lector podrá catalogar
su obra en ningún estilo conocido, porque Brieva,
pese a dedicar parte de su evidente genio a
producciones de menor acidez (como las que uno
puede encontrar habitualmente, en sus colaboraciones
en el diario El Pais), no es un autor habitual,
ni sus dibujos, eslóganes y críticas publicitarias
quedan dentro de lo habitual en un mundo plagado
por el inconformismo conformista de productores y
compradores, de comerciantes y comerciados,
donde cada idea es tan buena como el precio al que
puede ser vendida.




Dinero está lleno de furia, y una rabia extraña, tácita, aplacada por
el humor que se desprede de la recreacion surrealista, inverosimil,
y quizás por ello terroríficamente real, de una sociedad lastrada por
aquellos que son considerados sus pilares institucionales, como la familia,
el trabajo, la educación, el Estado y sus dirigentes, y donde no pueden
faltar los estamentos eclesiásticos y la figura divina como puntos de anclaje de una existencia cotidiana que roza la autodestrucción individual
como precio para el mantemnimiento del roden social.



Lo peor es, sin embargo, la estupidez. Y no la de Brieva,
clarividente entre la niebla del raciocínio irracional,
sino aquella que queda pragmáticamente demostrada en su
obra sobre la realidad y la confianza del ser humano en un
sistema que se come a las personas para escupir ciudadanos.
Lo peor, pues, es ver cómo se nos demuestra que somos
estupidos, y que nos gusta serlo, porque nos reimos de ello.
 



Ha nacido un genio,
y el mundo se disculpa.



Entrevista con Miguel Brieva

Romántico navegante

Reviso tus besos
con ojo de inquisidor
para ver si dicen, si saben,
si sienten,
si son besos de tierra 
en el examen interminable
del romántico navegante
que piensa que el mar
es siempre una ficción.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Una estrella en lo alto

El dolor del amanecer en la niebla,
el pájaro que anida en el exilio
¿de qué va?
La noche contemplándome con ojeras,
el bronce que, roto en pedazos,
se torna merienda.
Canta la mirada de un abrazo.
Atenas queda ahora tan lejos
como tu regazo.

Una estrella en lo alto.

Y la prudencia de la ternura
en los trenes y los pasos.

Oh, I heard that song before...

Silencio...

                       




Joseph Brosdsky dice... - Esa vieja y conocida sensación.

Uno se aburrirá de su trabajo, de su esposa, de sus amantes,
de la vista desde su ventana, de los muebles o la decoración
de su casa, de sus pensamientos, de uno mismo.
Uno intentará en consecuencia encontrar vías de escape.
Además de los artilugios de autogratificación antes mencionados,
uno también puede probar cambiar de trabajo, de residencia,
de empresa, de país, de clima, puede darse al alcohol, a la promiscuidad,
a los viajes, las clases de cocina, las drogas, el psicanálisis (…)
De hecho, uno puede hacer todas esas coas, y tal vez el asunto funcione
durante un tiempo. Hasta ese día, claro, en que uno se despierte
en su habitación rodeado de una nueva familia y de una decoración diferente,
en otra región y otro clima, en medio de una montaña de
cuentas del agente de viajes y del psicoanalista,
pero con la misma vieja y conocida sensación al mirar la luz del día que se cuela por la ventana.


condenados

Dos planetas


y un sol.


Pateras de color,


coches diseñados para ser sogas,


condenas sin puerta


en celdas de calcio.


 


Mi casa está abierta


a los faros del desamparo.



martes, 9 de septiembre de 2008

Rimbaud - ¡La hemos vuelto a hallar!

¡La hemos vuelto a hallar!
¿Qué?, la Eternidad.
Es la mar mezclada
con el sol.

Alma mía eterna,
cumple tu promesa
pese a la noche solitaria
y al día en fuego.

Pues tú te desprendes
de los asuntos humanos,
¡De los simples impulsos!
Vuelas según..

Nunca la esperanza,
no hay oriente.
Ciencia y paciencia.
El suplicio es seguro.

Ya no hay mañana,
brasas de satén,
vuestro ardor
es el deber.

¡La hemos vuelto a hallar!
-¿Qué?- -La Eternidad.
Es la mar mezclada
con el sol.



Versión de Umberto Toso


 agradecimientos: www.amediavoz.com



Finis Terrae

 En el final del mundo no hay ventanas os pensáis que se ve bonito y solo se ven heridas, lágrimas un dolor que tapa la ropa que no se dice ...