viernes, 13 de junio de 2008

El viejo dice... - La Mar

Decía siempre la mar. Así es como le dicen en español
cuando la quieren. A veces los que la quieren hablan mal
de ella, pero lo hacen siempre como si fuera una mujer.
Algunos de los pescadores más jovenes, los que usaban
boyas y flotadores para sus sedales y tenían botes de
motor comprados cuando los hígaods de tiburon se
cotizaban altos, empleaban el artículo masculino, le
llamaban el mar. Hablaban del mar como de un contendiente
o de un lugar, o aun un enemigo. Pero el viejo lo concebía
siempre como perteneciente al género femenino y como algo
que concedía o negaba grandes favores, y si hacía cosas
perversas y terribles era porque no podía remediarlo.
La luna, pensaba, le afectaba lo mismo que a una mujer.


E. Hemingway, El Viejo y el Mar.

Celso Emilio Ferreiro - Longa Noite de Pedra

O teito é de pedra.


De pedra son os muros


i as tebras.


De pedra o chan


i as reixas.


As portas,


as cadeas,


o aire,


as fenestras,


as olladas,


son de pedra.


Os corazós dos homes


que ao lonxe espreitan,


feitos están


tamén


de pedra.


I eu, morrendo


nesta longa noite


de pedra.




(en recordo dos meus, especialmente do Lois e mailo Eberto.


Eles xa o saben...)



jueves, 12 de junio de 2008

Baudelaire - las Flores del Mal XVI

Te adoro como adoro la bóveda nocturna
¿Oh vaso de tristeza! ¡Oh mi gran taciturna!
Y tanto más te adoro cuanto te escapas más,
Y cuando me parece, ¡oh lujo de mis noches!
Que con más ironía amontonas las leguas
Que separan mis brazos de la inmensidad azul.

 


Me dispongo al ataque y acometo el asalto
Como tras un cadáver un coro de gusanos
Y me enloquece, ¡oh fiera implacable y cruel!

Hasta esa frialdad que te vuelve aún más bella.


(agradecimientos: http://amediavoz.com/baudelaire.htm)



miércoles, 11 de junio de 2008

Bukowski - Pez de color

mi pez de color se queda fijo mirando con ojos acuosos


al hemisferio de mi pena;


sobre el más fino de los hilos


los dos colgamos,


colgados, colgados, colgados


en el lazo de la soga del verdugo;


yo me quedo fijo mirando su casa


y él la mía...


debe de tener pensamientos,


¿podéis negar esto?


tiene ojos y hambre


y su amor también


murió en enero; pero él es


de oro, de auténtico oro y o soy gris


 y es indecente invadir su intimidad


tan indecente como quemar melocotones


o violar niños,


y me vuelo y miro a otro lado,


pero sé que él está ahí detrás de mí,


un dorado cáliz de sangre,


una cosa sola


suspendida entre la más roja nube


del purgatorio


y al apt. no. 3003


 


dios, ¿es posible


que seamos lo mismo?



Rimbaud - Una temporada en el infierno

Antaño, si no recuerdo mal, mi vida era un festín
en el que todos los corazones se habrían,
en el que vinos de todas clases fluían sin cesar.




Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas.
-Y la encontré amarga. -Y la injurié.




Me armé contra la justicia.


Y huí.


¡Oh brujas, oh miseria, oh saña: sólo a vosotras os fue confiado mi tesoro!


Conseguí disipar en mi espíritu todo resto de humana esperanza.


Sobre toda alegría, para estrangularla, realicé el salto sigiloso de la fiesta.



Llamé a los verdugos para morir mordiendo la culata de sus fusiles.


Llamé a lasa plagas para así poder ahogarme en la arena, la sangre.


La desdicha fue mi dios.


Me revolqué en el fango.


El aire del crimen me secó.


Se la jugué a la locura.




Y la primavera me dio la risa horrenda del idiota.



Pero, recientemente, cuando ya estaba a punto
de estirar la pata, decidí buscar la llave que me
abriera las puertas del antiguo festín,
en el que, quizás, recobraría el apetito.



La caridad es esa llave.
-¡Esta inspirada afirmación demuestra que he estado soñando!



"Siempre serás una hiena, etc...",
exclamaba el demonio que me coronó con tan amables adormideras.
"Bien, gánate a pulso la muerte con todos tus apetitos,
y tu egoísmo y todos los pecados capitales."



¡Bueno! Ya he tenido bastante:
-Pero , querido Satanás, se lo ruego,
¡no se irrite tanto! A la espera de esas pequeñas bajezas
que no acaban de llegar, arranco, para usted que ama
el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas,
unas cuantas hojas repelentes de mi libreta de condenado.



viernes, 6 de junio de 2008

Catulo - poema II

Gorrioncito, joya de mi pequeña,
con quien juega, al que resguarda en el seno,
al que suele dar la yema del dedo
y le incita desgarrados mordiscos:
cuando a mi deseo resplandeciente
le place tornarse alegre y aliviarse
de sus cuitas, para aplacar su ardor,
¡cuánto me gustaría, como hace ella,
jugar contigo y desterrar las penas
lejos de mi triste ánimo!

Me es tan grato como a la niña el fruto
doradito que soltó el ceñidor
que tanto tiempo permaneció atado.

jueves, 5 de junio de 2008

Carvalho dice... - Viejos

Nadie sabe hoy en dia qué es un viejo. Sólo lo saben
los viejos, y yo aún no me siento viejo. De momento
fíjate en cómo han hecho desaparecer del vocabulario
incluso la palabra. Se habla de gente de la tercera
edad. Me recuerda aquellos años del franquismo en que
los obreros eran llamados productores. Ser obrero era
políticamente obsceno y peligroso. Ser viejo es biológicamente
obsceno y peligroso.

M. Vázquez Montalbán, El delantero centro fue asesinado al atardecer, Planeta, Barcelona (1989), pág. 154.

Finis Terrae

 En el final del mundo no hay ventanas os pensáis que se ve bonito y solo se ven heridas, lágrimas un dolor que tapa la ropa que no se dice ...