jueves, 21 de agosto de 2008

Jose Maria Fonollosa - Destrucción de la mañana


Y de pronto una voz, mirada, un gesto



tropieza con mi idea de mí mismo



y veo aparecer en el espejo



a un ser inesperado, insospechado,


que me mira con ojos que son míos.





Ese desconocido que soy yo.



Ese al que los demás se dirigían



al dirigirse a mí, sin yo saberlo.




Ese irreconocible ser inmóvil



que inspecciona mis rasgos hoscamente.




En vano apremio al otro, el verdadero,



a aquel que unos segundos antes yo era.



Sólo está frente a mí, con ceño adusto,



ese desconocido inesperado



que me mira con ojos que son míos.



agradecimientos: http://mimundoreloco.blogspot.com/





Poliedro NEWS!!!

Hace unos meses, poliedro crecía saludablemente con la incorporación
de una nueva sección
, la Recomendación del Chef.

Os propongo, en esta vuelta a la inercia hacia lo desconocido que es la
rutina, una sección más con que ampliar las Mil Caras.

Se llamará ESTOY LEYENDO, y su propósito sencillo y llano
es indicar los títulos que caen en mis manos, y que al menos,
comienzo a leer (lo de acabar los libros es ya una cuestión más
relacionada con la hermenéutica, la voluntad y la diosa Fortuna
que de la propioa Literatura).

Como siempre, teneis licencia para comentar.

Las infinitas facetas poliédricas siguen sumando...

poema

No temais nada,
esto es sólo un poema.
A veces hace daño,
y otras quema,

pero no destruye ciudades,
ni gobierna,

así que cerrad los ojos
y escuchad esta canción
que fue de las sirenas,
otrora bella nostalgia
o quizás única realidad verdadera.

El dado se lanza,
y la vida da vueltas.

Back Again

Poz si, hemos vuelto.
Las vacaciones han pasado, o quizás realmente es ahora,
de nuevo en el planeta rutina, que comienzan realmente.

Sea como fuere, bienvenidos de nuevo, una vez más,
a las Mil Caras.




























jueves, 31 de julio de 2008

Nada más.

Les advierto ahora
y de una vez por todas
que la vida es
esto

y nada más.

Lawrence dice... - Jóvenes.

Altas, esbeltas, con el rostro terso, ingenuas aunque confiadas,
eran terriblemente inglesas. Parecían tan libres, pero en realidad
estaban tan confusas y paralizadas en su fuero interno. Daban
la impresión de ser alegres y originales y, sin embargo, eran tan
convencionales que acababan encerrándose en sí mismas.
Aparentaban ser dos audaces y altos balandros jóvenes que
abandonaban el puerto rumbo a los amplios mares de la vida,
pero en realidad no eran más que dos pobres jóvenes desorientadas
que se movían de un fondeadero a otro, echando el ancla
en cuanto podían.

Extraido de D. H. Lawrence, La virgen y el Gitano, Ed. Impedimenta, Madrid (2008), pág. 23-4.

lunes, 28 de julio de 2008


Ahora que de ti sólo me queda el recuerdo vivo y tierno,
y la luz de la luna brillante sobre tu cuerpo.








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Hasta muy, muy pronto, princesa!

Finis Terrae

 En el final del mundo no hay ventanas os pensáis que se ve bonito y solo se ven heridas, lágrimas un dolor que tapa la ropa que no se dice ...